PROCREADURÍA DE JUSTICIA
Procrear es cosa sencilla
aunque requiere de esmero,
puede servir de asidero
un escritorio, una silla,
oficina o ventanilla,
cualquiera parte es propicia,
todo arrumaco es caricia
para hacer una creatura
cuando el que procrea, procura
procrear en plena justicia.
Como el martín carpintero
que martillar es su oficio,
el procrear se vuelve vicio
ya puesto tras del trastero,
porque la cuesta de enero
menos cuesta en compañía,
un caldito es ambrosía
a quien nadie le hace gestos
aun resultando funestos
los oficios de una espía.
Procrear es obra divina
si de amar a Dios se trata,
lo contrario es cosa ingrata
que la justicia incrimina.
Si a la moral citadina
le ofende la procreación,
pues vaya esta maldición
a quien con cámara en ristre
le dio al pájaro, el alpiste
de su impúdica visión.
M.G.
domingo, 6 de enero de 2013
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