martes, 23 de agosto de 2011

TRATADO DE LAS ASENTADERAS

Las nalgas son el centro educativo por excelencia. La vocación paterna de educar y corregir, se ejerce precisamente sobre las posaderas de nuestros resignados, pero afortunados hijos. Los códigos penales de muchos lugares, contuvieron por mucho tiempo el siguiente ordenamiento: “Los golpes dados y las violencias simples hechas en el ejercicio de corrección, no son punibles”. Esta disposición, afortunadamente ya derogada, en su momento dio a las nalgas categoría de centro educativo universal, porque si bien la norma no hablaba directamente del lugar donde los padres debemos golpear; en otra parte de la ley se castigan los golpes con ánimo injurioso o hiriente. Ahora bien, golpes como bofetadas, puñetazos al hígado etc., son ofensivos o lacerantes; en cambio las nalgas las hizo Dios carnocitas como pensando en que su diseño era muy propio para recibir nalgadas. Es curioso, pero mientras una cachetada despierta instintos asesinos, una nalgada mueve a veces hasta sentimiento de gratitud.
La función educativa de la región glútea no es ni con mucho la única ni la más importante: Siendo las asentaderas muy adecuadas para sentarse, están universalmente asociadas con dos grandes corrientes de pensamiento: por una parte con la producción intelectual, por la otra con el ocio y el descanso. Vistas de conjunto dan origen a las teorías del sedentarismo como etapa histórica del hombre coincidente con su florecimiento civilizador. No de chiripa Rodín hizo a su Pensador precisamente sentado; es decir, usando nalgas y cerebro a la vez. ¿Qué conexiones internas tienen estos tres órganos? La ciencia está aún en pañales al respecto.
El ocio se mide en la actualidad bajo el sistema métrico de horas-nalga. Una hora nalga equivale a la facultad de un ciudadano de permanecer culiatornillado en su sillón, ejecutivo o no, las horas enteras. Esta medida del tiempo ocioso es fundamental para calcular pérdidas, números rojos y monto de la deuda; y es aplicable a burócratas, estudiantes universitarios, líderes, diputados y charlistas de café. Las horas-nalga son el ocio lo que las horas hombre son al negocio.
Pero no estaría completo este tratado de las asentaderas si no tocamos el aspecto erótico del asunto, lo cual debemos hacer con la delicadeza necesaria para no ofender a nadie, ya que se trata de un tema peliagudo, en que puede un tratadista resbalar con el menor descuido.
Estadísticamente se sabe, por encuesta hecha en los Estados Unidos y publicada por la cultísima revista científica “Pay Boy”, lo que ya de por sí le da seriedad a la investigación, que a las damas tanto o más que a los caballeros, lo que más les llama la atención del sexo opuesto es precisamente la región glútea. Luego debemos concluir que el amor llega por el mismo camino que la educación.
El aserto cobra características universales, cuando dentro de culturas tan opuestas a la norteamericana, como las africanas de África y las africanas del Caribe, conceden tanta importancia a la zona trasera, como lo registra el adagio que afirma: “Si el negro no tiene la nalga bolea, el negro no vale na”. Y bien ya que tocamos el aspecto racial, cabe hacer notar que en la clasificación de las razas, es precisamente la conformación glútea un rasgo característico digno de tomarse en cuenta, y en particular lo que caracteriza a las razas oscuras se conoce como esteatopigia, nombre que hace referencia a su redondez y prominencia. En otras razas el acento no está en el asiento, lo que da variedad al rasgo digno de tomarse en cuenta. No sería imprudente conjeturar que muchos de los votos recibidos por Barak Obama, pudieron haberse debido a la parte del cuerpo aquí comentada.
La observación vulgar da clasificación también a la forma de esta interesante región del cuerpo humano, haciendo distinción entre nalga boleada, nalga vaquera y nalga canaria. La primera ya la describimos como característica de la negritud; la vaquera es mas bien atributo de los grupos arios y caucásicos; la canaria, como su nombre lo indica viene de can: nalga de perrito atropellado. Algunos platicadores de cafetín le atribuyen la calidad de triste, lo que ha conducido a su caracterización analógica de nalga de cebolla, por aquello de que son para llorar. En estos tres grandes grupos caben casi todas las formas normales. La anormalidad por supuesto nos podría dar otras muchas distinciones.
Quede esta monografía como el primer ensayo introductorio a un tema de suyo interesante pero abandonado por razones absurdamente morales y mojigatas. Ojala investigadores mejor dotados que este servidor, añadan observaciones y análisis a la naciente ciencia nalgótica.

TEOREMA INTRAMUSCULAR

Abordemos ahora el peliagudo tema de las nalgas como centro de salud; por esta ocasión como una monografía, a pesar de que el objeto de nuestra investigación siempre se presenta en pareja. Y bien, propongamos el siguiente teorema: La jeringa es a la nalga lo que la oración a los santos.
La salud ha sido preocupación de la humanidad desde siempre; pero el desconocimiento de las causas de las enfermedades, le llevó a dar características mágicas a los padecimientos y a buscar la salud en embrujos, danzas curativas, retablos, rezos, milagros; hasta que apareció la jeringa; sin olvidar que se pasó por etapas de pócimas, emplastos, ventosas, sanguijuelas, etc. Hasta cierta época lo que más se aproximó a la inyección fue la lavativa, que si bien ya andaba mejor orientada, tenía la falla de ir demasiado al centro del problema, generando con ello el rechazo de quienes por razones masculinas que otras, prefirieron esperar el avance de la medicina para acceder a la salud mediante métodos menos ofensivos a la hombría de bien.
Así pues, con el invento de la jeringa, la nalga se convirtió en el punto más eficaz por donde podía llegar la salud al resto del cuerpo. La dualidad Nalga-Jeringa se hizo inseparable para todo galeno o boticario que procurase una pronta recuperación. La medicina administrada por esa vía recibió el nombre de intramuscular. Pero, comentario al canto, dicho nombre es incorrecto según nuevos descubrimientos, pues si la nalga sirve para las inyecciones, es precisamente en razón de que está conformada por gran cantidad de tejido adiposo que le hace blanda y mullida, cualidades indispensables para que la aguja no encuentre obstáculos y las sustancias curativas puedan ser inyectadas con fluidez. De ahí la equivocación de llamar intramuscular a algo que no tiene nada que ver con los músculos, sino por lo contrario, requiere de mantequita para que resbale bonito. Los hechos apoyan nuestras afirmaciones: se sabe que el campeón rompedor de agujas y jeringas es el musculoso ex artista, ex terminator y ex gobernador, Arnold Schwarzenegger, protagonista principal de Connan el Bárbaro, quien con la mínima apretada nalgar le basta para hacer pedacitos el adminículo de que hablamos. El segundo lugar lo tiene Silvester Stallone más conocido como Rambo I, II, III, IV, V, hasta LXXIV; estos dos casos han demostrado sin lugar a dudas que el músculo es un impedimento y no una vía adecuada; en cambio la miel sobre hojuelas para las inyecciones, es nada menos que Jennifer López, por lo que en honor a la verdad científica, proponemos aquí mismo se cambie el nombre y en lo sucesivo se le llame vía jenniferina; aunque, si hubiere de su parte alguna oposición, podríamos pedir el madrinazgo de Shakira para llamar a esa vía shakirina, aunque yo no lo recomendaría mucho en función de que esta última se mueve demasiado, lo que requeriría de mucho pulso y puntería.
Es necesario resaltar el aspecto jurídico, político (de política internacional) y ético de la dualidad jeringa-nalga, pues en cuanto la jeringa se independizó de la nalga y se introdujo en la vena, comenzaron los problemas de la drogadicción; es decir, se puso en peligro la salud pública. ¿Qué persona decente se inyectaría droga en la nalga? , ninguna. En este aspecto los glúteos conservan su ética tradicional; lo mismo puede decirse del aspecto político y otro tanto del derecho… como del izquierdo.
Una nueva corriente científica le ha pretendido negar importancia a la nalga como centro de salud, proponiendo que las inyecciones se apliquen en el brazo, y se sabe que incluso ciertas vacunas antirrábicas se aplican en la barriga. Posiblemente por eso se llaman anti-rrábicas: contrarias al rabo. Afortunadamente la práctica no se ha universalizado; la zona glútea sigue y seguirá siendo el centro de salud por excelencia.

jueves, 18 de agosto de 2011

DECREPITUD

Nos informa la directora de Asistencia del DIF, que en Veracruz hay más de ochocientos mil viejos. Yo me cuento entre ellos, tratando de conservar los valores de la vida: que sea sana, placentera, útil, autosustentable, programable y digna.
Por razones intelectuales y frías, no apruebo las vidas matusalénicas. Mire usted que vivir 969 años, no es ninguna proeza, todo lo contrario es una vergüenza, un atentado a la naturaleza, a la verdad, al buen vivir, a la sociedad y a las buenas costumbres.
De Matusalén, decano de los ancianos, la Biblia da noticia a medias, sólo dice que vivió todo ese tiempo, que fue hijo de Enoc, y que a los 187 años concibió a Lamec y a otros y otras. No dice en qué año nació, ni de que tamaño eran los años que vivió, no dice a qué edad entró a la adolescencia, ni si era “traga años”, aunque pueda inferirse que si lo era, tampoco nos cuenta a qué edad dio “el viejazo”, aunque es de suponerse que para llegar a casi mil años, es posible que hubiera dado, no uno, sino varios viejazos. De lo poco dicho por la Biblia, se infiere que murió en el año del diluvio, del cual tampoco se tiene fecha precisa; pero aquí también se puede colegir que muy posiblemente no murió de muerte natural, sino ahogado, pues en lo que se cuenta de su nieto Noé, por ningún lado aparece que entre las parejas de animales y personas hubiera andado el vejestorio Matusalén. El capítulo siete del Génesis da cuenta precisa de que quienes subieron al arca, fueron los hijos del profeta: Sem, Chám y Japhet, la mamá de ellos y sus mujeres. Aparte el hato de animales aparejados de la escala zoológica, de changos para abajo, hasta llegar al comején, que según Virulo se encargaría de no dejar rastros de la ahora tan buscada arca. La larga vida de Matusalén está por escribirse, para enmendarle la plana a la Biblia.
En nuestra cultura occidental llegamos a viejos sufrientes, inútiles, atenidos e indignantes, porque la religión que profesamos y la ética que entendemos, nos impide programar nuestra propia muerte antes de comenzar a sufrir los embates de la decrepitud. Creo que ya lo he dicho antes: a pesar de que en este siglo XXI ya estamos preparados para ello, a nadie se nos ocurre que la muerte puede tomarse como decisión personal, todo lo contrario, le dejamos esa decisión absurdamente a un ser (¿?) distinto a nosotros, porque nos asusta enfrentarnos con la voluntad personalísima de morir. La subrogación de nuestra voluntad, nos coloca en una tristísima espera, tan incierta como estúpida, de modo que la impaciencia, también pasa a formar parte del bagaje de la ancianidad, con ella llega la lástima y la caridad. Los programas oficiales de ayuda a los viejos, están precisamente movidos por esas dos emociones humanas, lástima y caridad.
Como dije al principio, la buena vida debe tener ciertas condiciones: debe ser sana. La salud, todo mundo lo dice, es un valor importantísimo, prioritario incluso frente al dinero: “La salud es lo importante, el dinero va y viene” lo repite la sociedad a cada paso; pero así como la juventud se asocia con la salud, la vejez se asocia con las enfermedades y los achaques. También se dice en tono de humor: “Al que después de los sesenta no le duele algo, es que está muerto”. El dolor y el sufrimiento son los indicadores pues, de que tiene uno que comenzar a enfriarse para salir a la intemperie de la muerte. A veces el sufrimiento es tan intenso que sólo lo alivia la defunción, sin embargo, las viejas leyes vigentes pero obsoletas, siguen castigando a quien se adelanta a la voluntad de Dios. Esta reminiscencia jurídica debe revisarse. Nadie es feliz si no está sano. Creo que cuando la vida comienza a padecerse en vez de disfrutarse, es el momento de tomar la medida más digna y generosa: dejar de respirar.
La vida debe ser útil, tanto para el que la vive, como para los demás, desde luego que la vivimos en sociedad y nos debemos al prójimo, pero la vejez tiene como condición la pérdida de la utilidad; primero dejamos de ser útiles socialmente, después pasamos a ser un estorbo familiar y finalmente la vejez nos convierte en seres dependientes, inútiles y atenidos a quienes, por la caridad y la lástima, ya dichas, a regañadientes nos cuidan mientras esperan tontamente la decisión de quien sabe quién.
La noticia de que en Veracruz tiene registrados más de ochocientos mil ancianos, está dada con preocupación, muy explicable. ¿Qué hacer con ellos? A nadie se le ocurre que el gasto en su atención es prioritario. Son gente que ya rindió, que no va a producir más, que representa echar dinero en saco roto porque ya nomás están esperando la muerte, ya no sirven para otra cosa. Todo eso es cierto, la sociedad en que vivimos requiere dinamismo, empuje y ligereza, los viejos somos el lastre, pero la solución no está en institucionalizar el aumento de la edad de jubilación, sino en adelantar una honrosa, feliz y voluntaria defunción.

viernes, 12 de agosto de 2011

ARAUCARIA

Cuentan que en el año de 1771, un naturalista, viajero, llamado Joseph Banks, (1743-1820) pasó por la isla, aún sin nombre, que poco después se llamaría Norfolk, ubicada al oriente de Australia, donde vio por primera vez un árbol endémico al que, de momento llamó “pino australiano”. Lo registró, recogió sus semillas y se encargó de cultivarlo e introducirlo en el acervo botánico del mundo occidental. Por la misma época estuvo en Brasil y Chile, en donde también registró para la botánica a la preciosa buganvilia. Este científico, descubrió entonces, que en el hemisferio sur de América, crecía un árbol de la misma especie del que había visto en Norfolk, y que era un fósil viviente; los mapuches, nativos del cono sur le llamaban “Pehuén”, ellos se auto nombraban pehuenches, (dueños del pehuén), pero por la región en que se daba esa planta (Arauco), se le dio el nombre de araucaria. Posteriormente los científicos se encargaron de ordenarlo en una familia distinta al pino. Se dijo de él que era el árbol más bonito del planeta, lo que no obstaculizó su usó para hacer mástiles de los barcos de la armada británica que en aquel entonces surcaba los mares, en expediciones científicas, de conquista y de colonización. Como siempre, la explotación no sustentable llevó al árbol hasta el borde de la extinción.
Dato técnico: Género: conífera. Familia: araucariaceae. 19 especies en el género, distribuidos en el hemisferio austral. En América subsiste en Patagonia, Argentina y Chile… y Xalapa en el hemisferio norte. Dicho sea con humildad. Son de especie “dioica” es decir, hay árboles machos que florecen, y árboles hembra que dan los frutos: grandes piñas de semilla comestible. En la jardinería con propósitos de ornato público, deben usarse los árboles machos, porque las piñas de reproducción caen pesadamente en el verano, siendo peligrosas pues suelen pesar más de uno o dos kilos, y caer de alturas que pueden sobrepasar los quince metros. Son de lento desarrollo y suelen vivir cientos de años. La araucaria del mercado Alcalde y García, era machito.
Alrededor del año 1890 el embajador de Chile en México, le trajo de regalo a don Porfirio un cargamento de araucarias transportadas por mar desde su país. Posiblemente fueron las primeras que hayan llegado a México. De aquellas araucarias algunas subsisten en la Plaza de la Corregidora en la ciudad de Querétaro; otras en el Parque Juárez de Xalapa, inaugurado en 1892 para celebrar el 400 aniversario del primer viaje de Cristóbal Colón, y otras más en los atrios de varias iglesias jalapeñas. Recuerdo la que estaba en el patio de ingreso de la escuela Revolución, junto al templo de “El Calvario”, que antaño fuera atrio de esa iglesia. A esa araucaria le cayó un rayo, en tiempos de Chirinos, y se secó, siendo substituida, por otra pequeña sembrada por los niños, asistidos por maestros y viejos egresados de ese añoso plantel. Me tocó vivir con gran alegría ese momento y la anécdota, cuando el pequeño encargado de poner la peaña en el agujero hecho ex profeso, se volvió con cara de duda hacia otro niño para preguntarle cómo se sembraba, y el interpelado, después de pensarlo unos segundos le contestó: “pus con lo verde para arriba”. Técnica simple que, obviamente, usó también Sebastián en tiempos de tío Fide, solo que a mayor precio.
La otra araucaria de las traídas por el embajador chileno, estaba en lo que fuera el atrio del templo de San José; con el tiempo convertido en plazuela del mercado Alcalde y García. Ese árbol de más de cien años, acaba de ser victimado por el ayuntamiento de Xalapa que, ignorante de los valores históricos que la ciudadanía incautamente ha puesto en sus manos, ha mandado a asesinar y, con él un siglo de historia humana, si no contamos la historia de la especie en vías de extinción, que desde el cretácico se afana y ufana de haber creado el árbol más bello del planeta.
Neruda cantó: (fragmento)
“Araucaria, follaje de bronce con espinas, gracias te dio la ensangrentada estirpe, gracias te dio la tierra defendida, gracias, pan de valientes, alimento escondido en la mojada aurora de la patria: corona verde, pura madre de los espacios, lámpara del frío territorio, hoy dame tu luz sombría, la imponente seguridad enarbolada sobre tus raíces y abandona en mi canto la herencia y el silbido del viento que te toca, del antiguo y huracanado viento de mi patria”.