lunes, 12 de enero de 2009

DESVIEJADERO

La vejez es uno de los problemas que trae la vida civilizada y pacífica. En tiempos de guerra y en países guerreros, la vejez no es problema porque la gente muere joven de un misericordioso bombazo, como ocurre en Palestina donde la expectativa de vida es apenas de la primera infancia, gracias a los buenos oficios de los israelitas que los ayudan ejerciendo diariamente la legítima venganza. Estados Unidos, país altamente civilizado, mantiene permanentemente un flujo de jóvenes con destino a mataderos promovidos en diferentes países del orbe, ahora en Irak, ayer en Irán, mañana quizás en Paquistán, no sabemos el lugar, pero lo que importa para el caso es dejar anotado que los gobiernos inteligentes no dejan envejecer a sus ciudadanos porque los ancianos son un engorro.
México que es todavía en este siglo XXI un país semisalvaje, no ha desarrollado la política inteligente de mandar a matar a sus naturales; a lo más que ha llegado es a deshacerse de ellos por medio del destierro aparentemente voluntario, creyendo que van en busca de mejores horizontes. Una buena guerra con Guatemala ayudaría un poco a ambos países a solventar el problema de la indeseable ancianidad. ¿Y por que no? Una guerra contra Estados Unidos ayudaría mucho, al grado de que pudiera lograrse que para el año 2030 no hubiera ancianos en todo el territorio nacional.
Tenemos por el momento la suerte de que la guerra entre cárteles de la droga ha estado exterminando una buena cantidad de jóvenes, aunque no en la proporción deseada; todavía nacen más chilpayates de los que el crimen organizado logra eliminar, y aún el género femenino la va librando sin muchas bajas. Todavía se maneja con sensacionalismo en los medios el hecho de que alguna reina o alguna miss caiga en las garras de la policía, y lo más que les ocurre es que les dan encierro pero no entierro ni destierro.
La nación no tiene así una buena perspectiva, en treinta años más tendremos tantos viejos que el gobierno no podrá mantener a pesar de sus sistemas de pensionados, jubilados, incapacitados y demás ayudas a carcamanes insoportables y mantenidos. Urge encontrar alguna medida sabia para eliminar a los vejestorios: abandonarlos en algún zoológico a merced de fieras carnívoras a las que siquiera les sirvan de chicle, como lo hacían los esquimales antes de que les llegara la cristiana civilización; hacerlos galletas verdes o chito, que sirva de alimento a niños y mujeres como en la película de cuando el destino nos alcance; disecarlos rellenándolos de aserrín, borra o guata para pararlos en alguna vitrina de museo como se hizo en Girona, España con el negro de Banyoles; aprobar una ley que beque a los deudos jóvenes de suicidas viejos, en fin, hallar la manera de no tener que estar esperando a que llegue enero y febrero de cada año, tiempo en que se supone que la divina providencia agacha la vista para revisar quienes son los que ya pintan canas o les relumbra la mollera por la calvicie, para mandar por ellos. Ya no estamos en los tiempos en que se le permitía a dios cometer el atropello de dejar vivir a matusalenes o noes que excedieron el medio millar de años, por mucho que fueran “tragaaños”. Es necesario ponerle un hasta aquí al exceso de vida. Es indispensable dejar de atenerse al calendario, al duro cierzo invernal, al chipichipi mojapendejos, a la virulenta influenza u otros males que más mal que bien van haciendo su tarea, es necesaria una política inteligentemente planeada que lleve al México del 2030 a ser una nación de jóvenes exultantes y cachondos.

2 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo en que ya somos muchos humanos sobre la tierra pero creo que deben morirse todos los improductivos sean niños, jóvenes o viejos.

    ATTE
    SANDRA

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  2. creo que es necesaria cuando alguien está sufriendo mucho y no tiene cura y es el mismo enfermo el que toma la decisión.
    Sema

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